Si Gregorio Samsa despertó una mañana con la insólita sorpresa de haberse convertido en un insecto, como se narra en la La Metamorfosis de Franz Kafka, se podría decir que algo similar, pero en clave digital, le sucedió a Miranda Capurro.
Miranda acaba de cumplir 24 años, pero a los 19 ya tenía una cuenta en TikTok (@miranda.capurro) en la cual subió un video para las pocas amigas que tenía como seguidoras. El video, relata Miranda, era algo sencillo: había comprado ropa de una marca británica y cada prenda procedió a probársela para recibir el feedback de sus íntimas. “Me gusta cómo te queda”, “¡ese color te queda bravazo!” fueron los comentarios sencillos que recibió hasta que se fue a dormir.
A la mañana siguiente, las amigas de Miranda le avisaron que el video tenía demasiadas vistas, y ella, incrédula, fue a constatar el dato, el cual resultó sorpresivamente cierto. Así, Miranda empezaba su propia metamorfosis feliz, pasando de ser una anónima estudiante de Marketing en la Universidad de Lima a una influencer, modelo y creadora de contenidos web de alcances cada vez más agigantados. “Literalmente me levanté de un día para otro y el video tenía tres millones de vistas. ¡Fue una locura! Recuerdo que le dije a mis hermanas: ¡¿Qué es esto?! ¡Esto está fuera de control! ¡Voy a poner mis cuentas en privado!”, dice Miranda, riendo sobre lo que ni imaginaba entonces que era el inicio de un nuevo modo de vida. Felizmente para ella, el temor inicial a la exposición en redes fue apaciguado de inmediato por sus hermanas, quienes no sólo la disuadieron de decirle adiós a TikTok, sino que elogiaron su desenvolvimiento natural diciéndole: “¡Las redes te aman!”. “Ya con el tiempo le comencé a agarrarle cariño y todo me pareció súper chévere”, concluye Miranda el relato sobre su gracioso shock inicial.
"Con el tiempo le comencé a agarrarle cariño a las redes y todo pareció super chévere"
APUESTA TEMPRANA Con apenas 24 años cumplidos en enero de este año, se puede adivinar con justicia que Miranda, antes de su explosión mediática, no tenía mucha experiencia en el mundo laboral y en la carrera que estudió. Tuvo tres trabajos, uno de ellos durante un programa estudiantil en Virginia en 2019, pero mostrando buenos reflejos, apostó por dedicarle toda su energía al mundo de las redes ni bien detectó la primera posibilidad de triunfo. “No recuerdo el tiempo exacto (que le tomó decidirse por ser influencer profesional), pero sí recuerdo las cantidades de seguidores. Yo tenía apenas mil seguidores en Instagram como máximo, y en TikTok no había llegado ni a diez mil, pero con esos números ya me estaban escribiendo marcas o emprendimientos para hacer unboxings, o marcas de retail para modelar cosas. Así, y gracias a esas marcas, comencé a hacer networking y conocer gente de la industria”, relata Miranda. Actualmente, Miranda tiene más de ochenta mil seguidores en Instagram, y poco menos de 170.000 seguidores en TikTok, una cantidad que la ha llevado a trabajar para marcas trasnacionales, asumiendo responsabilidades grandes a su corta edad. Esas responsabilidades le imponen llevar una vida disciplinada, aunque trata, como confiesa, de gozar de las cosas que toda persona de su edad goza, fiestas incluidas, disfrutando de un cóctel con un dash de Johnnie Walker, su marca de whisky favorita. La chica tiene claro que en la vida todo se trata de estar en equilibrio.
UN DÍA EN LA VIDA Pero ¿Cómo es un día en la vida de Miranda Capurro? Lo ponemos en sus propias palabras: “Me levanto súper temprano porque el día se me hace más corto ahora que me he mudado sola, luego hago deporte de cualquier tipo, a veces corro, a veces hago cycling o pilates, pero no puedo hacer más cosas si antes no hago deporte, aunque a veces, si duermo un poco más, es porque estoy muy cansada”. Miranda relata que luego de tomar un buen desayuno, con la ayuda de su asistente empieza a sostener reuniones con las marcas con las que se asocia. “Trabajo con mi asistente y tratamos de tener todas las reuniones en la mañana, súper ordenadas, como para ya después del almuerzo empezar con el desarrollo de los contenidos (para sus redes) o tener también un evento o cualquier actividad a la que debo asistir”, afirma. En la conversación con Miranda, ella se muestra segura de sí misma, demasiado para una persona que tiene que lidiar con la exposición pública a gran escala. Ese rasgo de su personalidad llama la atención, indagamos de dónde puede provenir y encontramos que la influencer, lejos de las redes sociales, tiene una familia que no solo la respalda sino que, afirma ella, es extrañamente armoniosa y fuerte. “Mi familia siempre me decía que me salía súper natural hablarle a la cámara. Y muchas veces la gente no entiende por qué a veces digo que tengo una familia atípica, pero funcional. No sé cómo explicarlo, creo que puedo decir que mi familia es disfuncionalmente funcional. Mis papás se divorciaron cuando tenía 9 años y cada uno se ha casado de nuevo, tengo hermanastros por cada lado así que tengo una comunidad súper grande”, dice Miranda sin miedo.
"Actualmente Miranda tiene más de 80 mil seguidores en Instagram y poco menos de 170.000 seguidores en Instagram"
La influencer prosigue: “Amo a mis hermanastros como si fueran mis hermanos, y a pesar de que no me gusta la palabra ‘madrastra’, a mi madrastra la quiero como si fuera mi mamá, quiero muchísimo a mi padrastro también. Mi papá se lleva bien con mi padrastro, y mi mamá igual con mi madrastra. Hace poco falleció mi abuela y estábamos todos juntos como una sola familia. Hay mucho cariño”, cuenta. “A veces mis amigas me preguntan si no me gustaría que mis papás estuvieran juntos de nuevo, y la verdad es que les digo que no porque no me imagino cómo ellos podrían estar mejor juntos a cómo ya están ahorita de bien”, concluye entre risas.
Su creciente popularidad no ha cambiado la esencia de Miranda, que se mantiene firme en los valores que le inculcaron sus padres.
POLÈMICA EN LÍNEA
“Hay muchas cosas que he aprendido a la buena y a la mala en estos tres años como influencer".
Así como Miranda no le quita el cuerpo a los retos en su vida, tampoco lo hace para hablar de cosas que no han sido precisamente felices, y es que la influencer se vio envuelta en julio del año pasado en una polémica por unas declaraciones que algunos usuarios encontraron poco agradables cuando ella contaba en un video, con justificado contento, haber podido adquirir su propio departamento a una edad tan corta. “Hay muchas cosas que he aprendido a la buena y a la mala en estos tres años como influencer. Hasta ese incidente, yo no medía el alcance que podía tener a nivel nacional o la fuerza que podían tener mis palabras. Por lo que me sucedió, aprendí a tener mucho más cuidado porque no solo me ve la gente que yo creo que me ve, sino muchísima gente que yo no conozco y que no me conoce tampoco. De un día para otro me di cuenta que todo se había tergiversado, pero salí a disculparme porque entendía perfectamente el punto de la gente que podía haberse sentido ofendida por mis palabras”, cuenta Miranda.
En ese aspecto y con la lección aprendida, la chica se encuentra tranquila porque conoce bien los valores que trae de casa, además de tener la seguridad de que nunca buscaría hacerle daño a nadie, por más que a veces eso no se entienda en el mundo de las redes donde no siempre uno se va a cruzar con las personas más sensatas, y donde lamentablemente a veces prima el principio de mala fe para juzgar a los demás.
“Una de mis plataformas favoritas es el podcast, justamente porque es como mi lugar seguro."
Pocos saben que la influencer fue modelo de bebé, en donde en verdad no tenía que hacer mucho, solo ser ella con sus bonitos ojos claros y cabello rubio; sin embargo, tuvo que “reaprender” a relacionarse con el mundo de las pasarelas, las fotos y así a conocer sus mejores ángulos, a desenvolverse de la manera más suelta posible frente a una cámara. Es lo suyo, definitivamente, aunque confiesa que prefiere la libertad de los podcast que realiza. “Una de mis plataformas favoritas es el podcast, justamente porque es como mi lugar seguro. Lo puedo grabar en mi cuarto, metida en mi cama, con mi micro y hablar de lo que me da la gana estando entre mis cuatro paredes. Ese es uno de los motivos por los que me cuesta tener invitados y hacerlo en un estudio”, confiesa. Por el momento, Miranda está soltera, algo que reconoce que le resulta conveniente para el ritmo de vida ajetreado que lleva. Dice que si se siente atraída por un chico, este debería ser alguien con mucha personalidad - “Mido un metro ochenta, eso es un detalle”-, además de dejarla desarrollarse o ser parte del mundo en el que ha decidido ser feliz. Está claro que Miranda espera a alguien a su altura, en un amplio sentido de la palabra.